Pseudoreligiones

Hay tres cosas que hacemos los seres humanos que son fácilmente confundibles con el hecho religioso, estas son la magia, la hechicería o brujería y la idoletría. En ellas se incluyen las bien conocidas supersticiones, tanto las que se supone que dan buena suerte como las que nos traen mala suerte.

Entre las supersticiones que ayudan a tener buena suerte se encuentran el pisar excrementos de perro, encontar un trébol de cuatro hojas, tener una pata de conejo o una herradura, tocar madera cuando decimos algo malo para que no se cumpla, estrenar algo nuevo o llevar algo rojo en la noche de Fin de Año, levantarse con el pie derecho, tomar las 12 uvas en Nochevieja, si se es futbolista entrar al campo con el pie derecho, etc. Por otro lado, hay otras supersticiones que hablan sobre atraer la mala suerte: pasar debajo de una escalera, romper un espejo (lo cual nos daría siete años de mala suerte), cruzarse con un gato negro, abrir el paraguas bajo techo, brindar con agua, vestir todo de amarillo, poner los zapatos sobre la cama, no vestir de blanco en tu boda, además del conocido dicho «en martes, ni te cases ni te embarques» y mucho menos si cae en 13…Sin embargo no solo las supersticiones se incluyen en estas seudoreligiones, sino también las piedras de sanación, el tarot, el karma, la astrología (horóscopos,…) y cosas de este tipo.

La mayoría de estas cosas tienen sentido por lo menos en su origen, pero con el tiempo se han ido exagerando y llevando a un punto algo extremo. Por ejemplo, el caso de la escalera surgió pensando que si esa escalera está siendo utilizada para pintar una fachada, es posible que si pases debajo la pintura se caiga y te manche, mientras que si pasas por fuera, en el caso de que caiga, no te mancharía. Es por esto que debemos ser personas coherentes y saber hasta qué punto debemos creer estas supersticiones y no dejar que las mismas controlen cada una de nuestras decisiones.

Volviendo a los tres tipos de pseudoreligiones:

La magia se conoce como el hacer ritos para que las fuerzas fácticas del universo (suerte, azar) obren en el beneficio propio. Además la respuesta del universo sería inmediata, justo después de realizar el rito. Lo que hacen los magos en sus espectáculos no es realmente magia, sino ilusionismo. La hechicería o brujería son poderes iniciáticos (alguien te tiene que inciar en sus artes) o heredados (por pertenencia a una familia de hechiceros) que permiten dominar artes que otros no pueden. Por último, la idolatría consiste en tomar algo que no es divino como divinidad, ya sea una persona, una cosa o un concepto (por ejemplo el dinero). Si en las religiones se idolatra algo o alguien, deja de ser una religión y se convierte en idolatría, por eso a Dios no se le idolatra.

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